Comienza aquí el conjunto de recomendaciones que desde la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles queremos ofrecer al servicio de todos los profesionales y usuarios que trabajan y se benefician de los bibliobuses en España.
El espíritu de este protocolo está guiado por la preservación de la seguridad y de la salud de cuantas personas se relacionan directa e indirectamente con los servicios móviles de biblioteca pública, procurando en todo momento evitar tanto convertirse en fuente de contagios ni activar las circunstancias propias para que ellos se produzcan.
La redacción de las presentes pautas ha sido realizada sin perder de vista, para su cumplimiento y posibles adaptaciones ulteriores, las superiores directrices que vayan emanando de las autoridades sanitarias y de los órganos competentes en la seguridad e higiene en el trabajo; al tiempo que, su posible aplicación estará siempre ligada a la especial incidencia de la pandemia, y su evolución, en las distintas zonas geográficas por las que se extiende los servicios de biblioteca móvil.
Si este tipo de recomendaciones es fundamental en todos los servicios bibliotecarios, es especialmente necesaria en los propios de atención al público, e imprescindibles en servicios de tanta proximidad y espacio muy reducido como son los bibliobuses.
Dada la peculiar naturaleza de estos servicios en los que, por las reducidas dimensiones de los vehículos donde se presta, apenas es factible guardar la distancia de seguridad de dos metros, su puesta en funcionamiento ha de requerir de todas las consideraciones sobre la conveniencia de su reapertura en una u otra fase de la desescalada, y siempre con unas estrictas medidas de seguridad.
El otro factor que incide en esta acentuada cautela es el hecho del desplazamiento continuado entre poblaciones que, en un momento dado, podría favorecer la propagación del contagio de unas áreas a otras, si no se toman las medidas correctas de prevención.
La toma en consideración de estas medidas excepcionales sería fundamentalmente indicada en el caso de bibliobuses urbanos o destinados a la atención de grandes núcleos de población.
Los bibliobuses rurales deberían seguir la misma dirección en sus actuaciones, si bien en función del menor volumen de habitantes de cada localidad, la reapertura sería más sencilla de llevar a cabo.
En todo caso, el periodo de ausencia de servicios presenciales ha de ser cubierto siempre por servicios a distancia, bien digitales bien analógicos, atendiendo a las necesidades de la población, para lo que en ningún momento tendrán que detenerse los procesos técnicos, ni bibliotecarios ni administrativos, que hacen posible el normal funcionamiento de las prestaciones públicas de los bibliobuses.
Equipamientos de seguridad y prevención.
En cuanto al equipamiento personal, los profesionales irán provistos de guantes, mascarillas y/o viseras de pantalla. Además, contarán con toallitas desinfectantes y gel hidroalcohólico en la mesa de atención al público.
La mesa-mostrador de atención al público estará precedida de una línea de seguridad trazada en el suelo. En la propia mesa existirá una mampara transparente para protección del bibliotecario.
Se instalará un dispensador de gel hidroalcohólico en la puerta de acceso al bibliobús, así como de una caja de guantes para uso público, con las instrucciones necesarias para su correcta utilización.
El personal de bibliobús dispondrá de bolsas de plástico con cierre zip para guardar los documentos devueltos, aparte de cajas para recoger las devoluciones.
El interior del bibliobús, aparte de la limpieza ordinaria, será desinfectado al finalizar cada jornada, por cualquiera de los procedimientos legalmente reconocidos.
Modalidades del servicio presencial.
La atención al público podrá dispensarse bien dentro del bibliobús, bien fuera del bibliobús, en función de factores como el equipamiento preventivo de que se disponga, la climatología y el volumen de población en cada parada.
En el caso de los servicios de interior, el bibliobús habrá de contar con todo el material de prevención, protección y desinfección ya mencionado, exigiéndose en todo momento el estricto cumplimiento de las “Normas de seguridad de acceso para el público” contenidas en este protocolo.
Los servicios planteados desde el exterior suponen la imposibilidad para el usuario de acceder al interior del bibliobús y, por ende, la supresión del libre acceso a las estanterías por parte de los usuarios, de modo que será el propio bibliotecario el encargado de encontrar los libros deseados por el lector, y de ponerlos a su disposición en el exterior del vehículo, donde el usuario, en todo momento, deberá esperar. Ello no implicará, en ningún caso, el abandono de las “Normas de seguridad de acceso para el público” contenidas en este protocolo por los usuarios presentes.
La atención al público en el exterior del bibliobús tendrá que contar obligatoriamente con una zona de seguridad donde el bibliotecario pueda realizar su trabajo de recepción de documentos prestados y de emisión de los nuevos préstamos. En dicha zona contará con todo el equipamiento necesario para las labores de control informático de las transacciones si no las hace en el interior: mesa, silla, conexiones de luz y datos, mampara transparente y línea de separación en el suelo con respecto del público.
Cada servicio valorará la conveniencia de poder a disposición pública el OPAC, tanto en la modalidad de servicio interior como exterior.
Normas de seguridad de acceso para el público.
Todas las personas que deseen acceder a los servicios del bibliobús deberán ir provistas de mascarilla.
Además, habrán de utilizar obligatoriamente los guantes que para ellos se encuentren en la entrada. Si llevaran los suyos propios, tendrán que hacer uso también del dispensador de gel hidroalcohólico, que igualmente encontrarán en la puerta de acceso.
En el caso de que el servicio sea prestado en el interior del bibliobús, no podrá haber más que un usuario al mismo tiempo dentro del bibliobús, mientras que los demás, guardarán su turno en la calle, de forma ordenada y salvando la distancia de seguridad entre personas.
El público respetará en todo momento, la distancia de seguridad con el personal bibliotecario, atendiendo siempre a los indicadores dispuestos para ello, así como las instrucciones que vaya recibiendo del personal.
Las normas de acceso estarán claramente expuestas en el exterior e interior del bibliobús.
Procedimientos preventivos con las colecciones.
Todos los documentos devueltos serán guardados en bolsas de plástico con cierre zip, en el mismo momento de la devolución, depositadas a su vez en cajas, que serán guardadas durante catorce días en un lugar adecuado y poco frecuentado de las instalaciones, con un clasificación por fechas, de forma que, transcurrido ese tiempo, se puedan ir reincorporando a la colección para ocupar el lugar de almacenamiento que dejan vacante por una nueva remesa de documentos devueltos, que empezarán su propia cuarentena de siete días.
Actividades de animación a la lectura y de extensión cultural.
La organización y realización de actividades colectivas se regirá por los parámetros de aforos y volumen de asistentes contemplados por la normativa general para las diferentes fases de la desescalada.
Condiciones de seguridad en la base central.
En la sede y oficinas de cada servicio, permanecerán las mismas medidas de seguridad exigidas en el interior del bibliobús: mascarillas y guantes para todo el personal, dispensadores de gel hidroalcohólico y distancia de seguridad entre los operarios en todo momento.
Cuando las circunstancias espaciales lo permitan, habrá que establecer itinerarios de tránsito con el fin de evitar contactos fortuitos.
Además de todo lo citado, las condiciones básicas de higiene personal y lavado de manos se contemplarán en todo momento.
El personal de los bibliobuses estamos teletrabajando o trabajando a puerta cerrada. Añoramos a los usuarios, esperamos que estén bien, y deseamos un pronto reencuentro.
El proximo 12 de mayo participaremos en el espacio que el Proyecto Laboratorios Bibliotecarios del Ministerio de Cultura y Deporte ha creado bajo el titulo Laboratorios bibliotecarios en confinamiento, para reflexionar sobre el impacto de la pandemia en las bibliotecas y las posibles respuestas a los retos futuros.
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